“El derribo del avión militar israelí demuestra que ya se acabó la táctica de golpe y huida para el régimen de Israel, y de aquí en adelante no puede usar esa táctica para lograr sus objetivos” en Siria, aseguró el domingo Qasem.
El alto funcionario de Hezbolá además aseguró que tras el derribo del avión F-16 israelí por parte de Siria, el régimen de Tel Aviv se verá obligado a enfrentar dos realidades igualmente desfavorables.
Israel no puede librar una guerra tanto en El Líbano como en Siria, ya que “cualquier confrontación militar podría tener graves consecuencias para el régimen de Tel Aviv, por otro lado, no puede ver el creciente poder de estos países, y no sabe cómo lidiar con este poder”, subrayó Qasem.
El derribo del avión militar israelí demuestra que ya se acabó la táctica de golpe y huida para el régimen de Israel, y de aquí en adelante no puede usar esa táctica para lograr sus objetivos” en Siria, aseguró el vicesecretario general del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá).
Añadió que” si no fuera por los grupos de la Resistencia, el ejército israelí nunca habría salido del sur de El Líbano” en el año 2000.
Israel ha librado tres guerras contra El Líbano, en 1982, 2000 y 2006. También ha llevado a cabo asesinatos en territorio libanés. Desde su creación en 1985, Hezbolá ha respaldado al Ejército libanés en defender al país frente a la agresión extranjera, incluidas las guerras de 2000 y 2006 (conocida como Guerra de los 33 Días) contra Israel, y contra el terrorismo.
El régimen de Tel Aviv considera que la presencia de Hezbolá en Siria supone una gran amenaza para Israel y ha amenazado en varias ocasiones al Estado libanés con una nueva agresión.
En noviembre de 2017, el ejército israelí amenazó con matar al secretario general de Hezbolá, Sayed Hassan Nasralá, en una futura guerra contra El Líbano.
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